Los “Metal Gods” están de vuelta con
un nuevo trabajo de estudio titulado “Redeemer of Souls”, que supone el primer
disco en el que no participa K.K Downing, uno de los miembros más carismáticos
de la banda. De entrada he de decir, que personalmente, es el mejor que han
editado desde que se produjo la aclamada reunión con el vocalista Rob Halford; álbumes
como “Angel of Retribution” o “Nostradamus”, eran bastante más irregulares
compositivamente, sin embargo en “Redeemer of Souls” encontramos un sonido más característico
de la banda. Otro punto que siempre levanta controversia es el estado vocal de
Rob Halford, que para mí lo hace realmente bien (en directo faltará ver como se
defiende), no pretendamos a estas alturas de la película que cante como en su
época gloriosa, porque eso es materialmente imposible, pero como digo, el
trabajo que hace, ya quisieran hacerlo así de bien bandas más recientes.
El
disco se inicia con Dragonaut, el
inicio esperado en cualquier disco de Judas Priest, con un riff contundente y
un Halford muy correcto, aunque en tonos más bajos que en épocas pasadas, sin
desmerecer para nada la contundencia del tema. Llega el turno del homónimo Redeemer of Souls, que sigue la senda
marcada, con un buen trabajo en las guitarras, con duelo de solos incluidos.
Para que os hagáis una idea de lo que podemos encontrar en el disco, aquí os
dejo el tema.
La
siguiente canción que suena es Halls of
Valhalla, que se inicia con unas guitarras que van aumentando de volumen
hasta desembocar en todo un trallazo sonoro, sin duda el tema más cañero del
disco. Sword of Damocles, es un tema
con otro riff marca de la casa, un tema que me recuerda en algunos pasajes a lo
que nos ofrecieron en “Nostradamus”, pero sin añadirle tanta pomposidad a la
composición, lo que le hace mucho más interesante. March of the Damned, es un tema pesado, con un sonido muy Black
Sabbath, incluso la voz de Halford recuerda a la de Ozzy Osbourne¡¡¡.
Continuamos
con Down in Flames, un tema con un
estribillo pegadizo, que en directo es una victoria garantizada. Hell & Back es un tema guitarrero,
con un riff que marca el desarrollo del tema, tal vez le falte algo de garra en
el estribillo. Cold Blooded, un medio
tiempo que juega con el sonido acústico de las guitarras, pero con una ambientación
muy pomposa para mi gusto; como digo, su disco anterior no me acabo de gustar
precisamente por incorporar unas ambientaciones excesivas. El plástico continua
con Metalizer, que como el propio
nombre indica, es heavy metal sin concesiones, con agudo inicial marca de la
casa, guitarras a toda velocidad y doble bombo machacón, otro de los temas que
no pueden faltar en la gira de presentación. Crossfire, es un tema en el que la banda saca su lado más blues,
con reminiscencias a Black Sabbath.
La
recta final del disco se inicia con Secrets
of the Dead, es un tema pausado, sin ser una balada, ni siquiera un medio
tiempo, pero que por la forma de interpretarlo y la atmosfera que lo envuelve,
hacen que sea un tema difícil de digerir, en mi opinión es el tema más flojo
del disco, además de que no encaja del todo con el conjunto del disco. En Battle Cry, recuperamos el ritmo
trepidante, con el inicio de un punteo de guitarras que nos lleva hasta la aparición
de la base rítmica y la voz de Halford, que nos ofrecen otro tema marca de la
casa. El disco llega a su fin con Beginning
of the End, una balada acústica realmente interesante, en la que Halford
demuestra que también domina a la perfección su voz en tema más intimistas, en
el que la garra y la velocidad quedan completamente aparcados.
En
definitiva, “Redeemer of Souls” es un trabajo más regular que sus dos
predecesores, con temas que van directos al grano. Un álbum que viene a
constatar que es lo que Judas Priest puede
ofrecer en la actualidad; no serán trabajos tan aclamados como los 80 o
principios de los 90, pero que todavía ofrecen composiciones de calidad y de
buena factura. Atentos a la edición especial del disco, viene con cinco bonus
tracks que no tienen desperdicio.