Cinco años después de su anterior
lanzamiento, Blind Guardian regresan a la primera línea de la escena con un
nuevo trabajo bajo el brazo que han titulado “Beyond the Red Mirror”. Vaya de
antemano que soy fan incondicional de la banda y que son mi grupo favorito, por
lo que difícilmente me defraudaran ante cualquier lanzamiento que hagan, aunque
matizando algunos aspectos: en primer lugar, es un grupo que dejan amplios
periodos de tiempo entre un lanzamiento y otro, cosa que personalmente me
gusta. Si estuvieran sacando discos cada año y medio o dos, seguramente hace
tiempo que me habrían saturado, porque seguramente habrían caído en la repetición.
Además, ese periodo entre lanzamientos, en mi opinión hace que en cada nuevo
trabajo, las ganas y expectativas por conocer el nuevo material de la banda sea
el mismo que hace años. Por último, podrán gustar más sus discos clásicos (me
encantan) y menos los nuevos lanzamientos (que me encantan, siendo tal vez más
flojo “A Twist In The Myth”), pero lo que no se pude negar bajo ningún concepto
es que Blind Guardian trabajan, trabajan y trabajan con cada nuevo disco. Pero centrémonos
en este “Beyond The Red Mirror”, un disco en el que han utilizado
orquestaciones reales, en el que las guitarras suenan más graves y en el que
han querido dar una atmósfera más oscura a los temas.
El
disco se inicia con The Ninth Wave,
un tema de 9 minutos, cargado de coros y orquestaciones, muy operístico, en el
que confluyen una gran cantidad de elementos, y que cuenta con un estribillo
que engancha. Sin embargo, también es un tema complejo, y que en algún momento
queda algo sobreproducido, con partes que se enmarañan unas a otras. Muy buenas
ideas, que sin embargo no acaban de resultar del todo acertadas en algunas
partes. A continuación llega el turno del tema que sirvió como single de
adelanto, Twilight of the Gods, un
tema marca de la casa, en el que confluye lo viejo y lo nuevo de Blind
Guardian, un tema muy épico con guitarras afiladas y estribillo coreable, en el
que la voz de Hansi Kürsh me recuerda a la época más clásica de la banda. De lo
mejor del disco.
Prophecies, tiene un desarrollo más
lento y pesado, con una melodía que marca el desarrollo del tema, en el que
encontramos constantes cambios de ritmo. Un muy buen tema que merece ser
escuchado con atención para apreciar todos sus detalles. Seguimos con At the Edge of Times, en el que de nuevo
encontramos los arreglos orquestales, que junto con la voz llevan todo el peso
de la canción. Se trata de un tema cargado de sinfonía, muy oscuro, con cambios
de tempo y con características de banda sonora. Uno de los temas que más me han
gustado, sobre todo por qué a diferencia del corte que abre el disco, en esta ocasión
sí que han conseguido un equilibrio entre todos los elementos en la producción del
mismo. Seguimos con Ashes Of Eternity,
con el que recuperamos los ritmos más acelerados, con un estribillo para
quitarse el sombrero, melódico, pegadizo y con cierto toque operístico a la vez
(a mí personalmente me recuerda a las composiciones de su disco “At Night At
The Opera”). Si os adquirís la edición especial del disco, el siguiente corte
en sonar es Distant Memories (incluido
como bonustrack en la edición especial del disco), un tema que nos ofrece una
tregua, en el que se combinan muy bien elementos eléctricos y acústicos, en el
que la guitarra lleva el peso de la melodía junto con las voces.
The Holy Grail, posiblemente nos
encontremos ante el tema más cercano al sonido más “clásico” de Blind Guardian,
más fiel a su vertiente más power metal del que poco más hay que decir. The Throne, es otro tema largo de prácticamente
ocho minutos, en el que vuelven los Blind Guardian más sinfónicos y operísticos,
en el que se vuelve a contar con una orquesta y el que me gustaría destacar el
puente – estribillo, realmente original que lo convierte en algo poco común,
pero que es de lo mejor del disco. Un tema muy bien estructurado, en el que
Blind Guardian ha dejado correr su capacidad compositiva (que no es poca) sin
ponerse límites.
Afrontamos
la parte final del disco con Sacred Mind,
un tema que se inicia de forma pausada, pero que pronto nos muestra a un Hansi
en unos registros más agudos a los que no nos tiene acostumbrados, tornándose el
corte en un tema veloz, con un estribillo muy épico pero con un desarrollo muy
original que va “in crescendo”, cuando uno cree que está acabando vuelve a
subir. De nuevo, me parece que han logrado hacer algo original. Seguidamente
llega el turno de Miracle Machine, un
tema muy bien ejecutado en el que está muy presente la influencia (que nunca
han escondido) de Queen, sobretodo en el estribillo. Una canción tranquila que
se nos presenta a modo de balada. Por último, el tema que cierra el disco es Grand Parade, en el que recuperamos la
pomposidad de la composición, sirve para cerrar el redondo de la misma forma en
la que se inició. Un tema con muchos arreglos orquestales, en el que el
equilibrio entre estos y los instrumentos ha quedado mucho más logrado que en
el corte que abría este “Beyond The Red Mirror”.
“Beyond
The Red Mirror es un disco ambicioso, que podría haber salido después de “A
Night At The Opera” perfectamente, recuperando esos toques más aoperisticos y
progresivos, a los que han sumado los arreglos de una orquesta. Se trata de un
disco complejo, que hay que escuchar varias veces para apreciar todos los matices
y detalles que ofrece. Algunos aspectos son mejorables, algo que me ha llamado
la atención es que la batería ha perdido algo de protagonismo. En cualquier
caso, lo que más valoro es que es un disco trabajado, que sin duda es merecedor
de la espera desde su anterior lanzamiento, y eso es innegable.
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