Una vuelta al power
metal. Así podemos calificar el nuevo proyecto de Alberto Rionda, el guitarrista
y compositor de Avalanch, que inicia un nuevo proyecto “Alquimia” mientras su
banda principal se toma un descanso indefinido. Podriamos decir que es una
vuelta a sus orígenes pero sin olvidar todo lo que ha caracterizado sus últimos
trabajos. ¿Qué encontramos en el disco?, calidad a raudales, como todo lo que
hace Alberto Rionda, todo muy cuidado hasta el mínimo detalle. Para esta aventura se ha rodeado de una
sólida formación: a la voz Israel Ramos y Rubén Lanuza, cantante y bajista de
Amädeus respectivamente; su compañero en Avalanch, Chez García a los teclados y
Leo Duarte a la batería. Tras una primera escucha lo primero que piensas es el
sonido de “El ángel caído”, aunque con gran cantidad de matices. Es evidente
que no se ha inventado nada con este trabajo, pero si hay alguien que sabe
hacerlo muy bien en este país, sin duda ese es Alberto Rionda.
El disco se inicia con
una intro titulada Mutus Liber, en
clara alusión a un texto de Isaac Baulot publicado en 1677 en el que se indican
los pasos para obtener la Piedra Filosofal, nos introduce en el universo de
Alquimia. A continuación suena El lobo y
el arca, un autentico trallazo de power metal, en el que lo primero que se
detecta es que Israel Ramos a la voz hace un trabajo excepcional con un
estribillo ideal para ser coreado en los directos de la banda. Aquí os dejo el
lyric video que publicaron.
A continuación llega el
turno de Dama Oscura continua la línea
marcada por su antecesor, un tema energico, de nuevo con un estribillo muy
reconocible y que se queda grabado a las primeras escuchas. El siguiente tema
se ha convertido en una de mis canciones preferidas de este trabajo, se trata
de La Cuna del Arce, con cierto toque
barroco, va ganando en intensidad a medida que avanza y con un estribillo marca
de la casa.
Se recuperan los ritmos vertiginosos
con La penitencia del noble; siendo a
continuación cuando si inicia la parte más calmada del trabajo con temas como Divina Providencia, del que podríamos decir
que es una especie de medio tiempo que va ganado en intensidad y en el que
Israel Ramos vuelve a demostrar su potencial; y Claro de Luna, la balada del disco. Lagunas de Sal, este tema se sale un poco de la dinámica del disco,
no es un tema que enganche en las primeras escuchas con un estribillo poderoso
que se graba al instante, sino que es un tema más elaborado en el que Rionda
saca su lado más “progresivo” por decirlo de alguna manera, un tema con muchos
matices. El siguiente tema se titula Aliento,
y particularmente me recuerda a los Avalanch de la última época, un tema de
hard rock melódico ejecutado a la perfección. La fuente dorada, recupera los ritmos más afilados y veloces de las
guitarras que caracterizan el estilo del power metal, de nuevo con un
estribillo poderoso que corear en los directos. Entramos en la recta final del
disco con Sacrificio, que continua
con la velocidad sonora, y con La morada
del Alquimista, otro de mis temas favoritos, muy elaborado, con un montón
de matices que descubrir, y en el que se pueden encontrar todo lo que ha caracterizado
la carrera de Alberto Rionda en sus trabajos: power metal, melodía, hard rock,
sonidos progresivos, y sobretodo virtuosismo a raudales. El plástico finaliza
con una outro titulada Cábala XIII,
un corte instrumental que pone la guinda a un muy buen disco. A continuación os dejo
algunos temas más.
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